Preparate a ver muchas fotos de esta porque este es un trabajo de varios días como fotógrafo en Avila, España.
Es un registro documental de mis favoritos pues es una cobertura de varios días.
Con Chenan y Johanna nos conocimos en esta boda que hice en Bariloche . Ellos eran dos invitados que habían viajado de Avila, España a nuestra patagonia argentina a vivir y disfrutar la boda de Lina y Matias.
En ese viaje compartimos momentos y una gran comida familiar donde nos contaron de su ciudad medieval. Una ciudad fundada por el imperio romano y protegida del paso del tiempo por una muralla que la rodea entera y la conserva intacta desde hace siglos.
Desde entonces, esa ciudad fue otro destino a conocer en mi mapa. Hasta que un día, varios meses luego de la boda en el sur recibo un mensaje de Chenan que decía, «ahora nos casamos nosotros, te vienes a Avila a cubrir nuestra boda?» Y ahí fuí!
Llegué a Madrid varios días antes de la boda y allí comenzó un trabajo de cobertura en donde compartí con ellos y sus familias muchos momentos divertidos!
Este resumen cuanta de todos sus preparativos previos, los nervios, la ansiedad y una boda cuyo registro fuimos construyendo día a día desde que arribé hasta culminar en una mágica sesión post boda con la ciudad amurallada como espectacular escenario de cierre.
Gracias amigos por esta oportunidad y elegir a este fotógrafo que cruzó el mundo para acompañarlos en su aventura!
Un par de días antes de la boda en un atelier en Madrid, Johanna daba su última prueba del vestido acompañada de su hermana.
Mientras Ana, invitada argentina, preparaba los conos para el arroz que se tira al salir de la basílica luego de la ceremonia religiosa.
El souvenir de la boda era una manta, cerca de 200. Cada una llevó bordadas por la madre del novio la fecha y las iniciales de los novios. Y cada manta además tenía una tarjeta con un agradecimiento personalizado para cada invitado escrito por los novios, yo también recibí la mía con mi mensaje 🙂
Y si era una boda no podía faltar buena bebida
Ni buen jamón!
Los niños ayudaron con los dulces del candy bar
Y los grandes con la mesa del cotillón, que queda lista para servirse desde el comienzo mismo de la fiesta para que todos se diviertan desde el arranque!
Hasta que llegó el día.
¿Cuantos novios pueden ver desde su ventana la iglesia donde en minutos esperarán a su futura esposa? Cosas de pueblo chico.