Todo empezó hace mas de un año con una consulta sin fecha de boda definida pero con muchas ganas de pasarla bien y hacer hermosas fotos. Gia me dijo «no tenemos fecha aún pero decinos en cual podrías y ponemos fecha» y me empezó a contar como sería su gran día.
Imaginaban una boda de día, pero como ella había estudiado y es amante de la fotografía sabía que el mejor momento para la ceremonia era la tarde, y luego celebraríamos en un lugar con verde donde caiga la tarde, sería una fiesta muy divertida donde la clave era pasarla bien, habría muchas guirnaldas de lamparitas de luz, un arbol con lluvia de ramas iluminadas y un fogón al final!! No tuve ni que pensarlo, quería estar ahí!
Planeamos mucho y los dioses estuvieron de nuestro lado. Hasta el día anterior el clima era el peor, lluvia y cielo gris hasta la mañana de la boda, pero casi al mismo tiempo que Gia se ponía su vestido de novia el cielo se empezó a despejar, contra todos los pronósticos salió el sol y tuvimos el gran día que todos deseabamos hacía un año con su fogón final cantando todos juntos.